El tiempo de la Cuaresma nos ayuda a preparar nuestros corazones y mentes para la celebración de la resurrección de la Pascua. En esta temporada, hay personas que dejan ciertos deleites mientras otras personas deciden añadir practicas o ejercicios valiosos. Esta tradición hace posible unir nuestros cuerpos y comportamientos a nuestros corazones y mentes que buscan una dirección más clara del Espíritu Santo quien nos guía a la vida que Dios quiere para nuestras vidas individuales y en comunidad.
En el Salmo 27 encontramos un “Cantico de Confianza,” y dentro de ese Salmo encontramos una práctica que libera y que sostiene la tensión de quien Dios es, dónde nos encontramos hoy y como estas verdades pueden coexistir. Hoy le invito a una práctica que inicia con reflexionar en la escritura y hasta leer el salmo en diferentes versiones porque al recibir el mensaje de varias traducciones nos pinta con más claridad aquello que anhela nuestro corazón, entender una palabra de Dios.
Es más tradicional leer el salmo de arriba abajo, pero permítase cambiar esa costumbre el día de hoy. Busque cosas en común, alguna serie, un patrón. Note los verbos y los sustantivos de las oraciones. ¿A quién le está pasando qué y qué hacen? Cuando nos alejamos de costumbre de ver de izquierda a derecha, de arriba abajo, aunque perdemos el palpitar del ritmo poético, podemos apreciar las piezas presentes de manera diferente. Le invito a que note en particular los siguientes detalles:
- ¿Cuáles palabras usan para describir quien Dios es?
- ¿Qué hace Dios?
- ¿Cómo se siente el Salmista?
- ¿Cuáles son las acciones que toma el Salmista o qué recomienda?
Existe una realidad dinámica en el Salmo 27, la cual al observarla temáticamente o en un orden distinto, muestra cómo es que varias cosas tienen el potencial de coexistir e informan una a la otra. Algo que se podría perder o es menos notorio al leer de izquierda a derecha, arriba abajo, principio a fin.
Hay cosas realmente pasándole al Salmista y verdaderas emociones como resultado de esas experiencias. Hay peligro, amenazas, ataques y adversarios. Las preguntas retóricas nombran emociones como miedo con una reacción de un corazón que tiembla. Encontramos ahí también implícito por tiempos de “falsos testigos levantándose” y “ataques de un ejército” experiencias con las cuales puede identificarse al sentirse abrumada/o/e, exhausta/o/e, insegura/o/e, juzgada/o/e, herida/o/e, aislada/o/e y vulnerable. Es aquí donde la escritura puede convertirse en un modelo de práctica a seguir. Hay una verdad de quien Dios es y lo que Dios hace que nos relata el Salmista y esas verdades coexisten con las emociones y las acciones que el Salmista puede reconocer, las cuales están relacionadas con sus verdaderos sentimientos.
Para esta práctica de Cuaresma, acepte la invitación de explorar algunas de sus emociones que puede estar cargando y reconozca como esas emociones podrían informas sus comportamientos. Por ejemplo, al sentirse uno cansada/o/e no puede uno estar tan consiente de los demás. El sentirse abrumad/a/o/e nos sentimos menos flexibles. El sentir vergüenza nos puede poner a la defensiva. La valiosa e importante dinámica notable aquí es que las emociones informan nuestro comportamiento y nuestro comportamiento puede también reforzar nuestros pensamientos y emociones el cual retroalimenta un ciclo. Esos son ciclos que valen la pena interrumpir. Al yo sentirme sola es posible que note cuando otras personas se reúnen el cual incrementará mi sentido de aislamiento. Vale la pena interrumpir ese ciclo. Quizás un sentimiento de vergüenza puede inclinarnos hacia el silencio y a ausentarnos de nuestros entornos el cual va incrementar culpabilidad y soledad. Vale la pena interrumpir ese ciclo.
El Salmista modela como el hacer conciencia crea oportunidad de decisión y el Salmista se instruye a si mismo a buscar de Dios y lleva su atención a la belleza de Dios y es en esas decisiones – en ese cambio de atención – que vemos un cambio al comportamiento en el Salmista. Tanto es el cambio que algunas traducciones hablan del corazón del Salmista escuchando al Espíritu dentro llamándole – diciendo “ven.” A ese llamamiento el Salmista responde “¡aquí vengo, Señor!” Dada la realidad de los últimos años, seria completamente apropiado sentir tristeza, soledad, temor, ansiedad y muchas más emociones asociadas con el duelo complejo, la pérdida y el trauma. Esta práctica de Cuaresma le invita a nombrar esas emociones y le da la oportunidad de liberar esas emociones (a menudo compartimentadas) y regalarse la posibilidad de bendecir y libérese de los ciclos que le perjudican para preparar su corazón, mente, y cuerpo que buscan escuchar el llamado del Espíritu Santo.
Porque a veces las palabras en una hoja no siempre son suficiente, le animo a que dibuje una mariposa suficientemente grande para incluir las siguientes piezas:
- ¿Cómo me siento?
- ¿Qué hago porque así me siento?
- ¿Quién es Dios y Que hace Dios? (Quizás puede utilizar lenguaje del Salmo de hoy.)
- ¿Qué recomienda el Salmista (en este u otro salmo)?
- ¿Cómo se ven esas recomendaciones en mi vida en este momento?
El Espíritu Santo quiere movernos de, ¿qué significa esto? a ¿qué debo hacer? porque es en la naturaleza del Espíritu Santo el agitar y movernos hace una vida más generativa.* El reconocer nuestra complejidad y aprender al sostener nuestras experiencias con la carga emocional que ellas llevan es vital para entender con más claridad el mover del Espíritu Santo dentro de nuestros corazones, mentes, y cuerpos. La Cuaresma es un tiempo para reconocer los costos y los sacrificios y también es un tiempo para ajustar comportamientos para enfocarnos en el sacrificio que Jesús hizo y el regalo de la vida eterna. Pase tiempo con su “mariposa.” Respire profundo y sepa que tiene cada derecho de sentirse como se siente. Escuche su corazón, mente, y cuerpo con compasión y note hacia donde el Espíritu Santo le esta guiando. Respire. Respire profundo.
Oración: Generoso y amado Espíritu, habla a nuestros corazones, mentes y cuerpos. Descubre espacios que necesitan gracia y luz. Despierta la llenura de quienes somos con tu fuerza y sabiduría. Gracias por ser Dios que se mueve sobre el caos y trae vida. Gracias por ser Dios con nosotros, Dios para nosotros, y Dios en nosotros. Guíanos, Espíritu. Estamos aquí. Amen.
*Esta perspectiva viene del libro Latina Evangélicas: A Theological Survey from the Margins escrito por Loida Martel-Otero, Zaida Maldonado Perez, & Elizabeth Conde-Frazier
Con este estudio le proporcionamos este dibujo para que le sirva en esta práctica de cuaresma.
Alexandra Zareth es una hija de Dios comprometida a ayudar a las personas a reconciliarse consigo mismas. Como una mujer mestiza profundamente arraigada en la espiritualidad indígena, Alexandra es una Capellán Certificada por la Junta enfocada en brindar bienestar a través de una lente intencionalmente holística.
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