Primer domingo de Cuaresma

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DEVOCIONAL BASADO EN: Lucas 4:1-13

Introducción

Santo Thomas de Aquino, teólogo italiano y filósofo católico del siglo 12, consideraba que el diablo era una invención del ser humano para entender y explicar la ausencia de Dios en nuestras vidas. Para Aquino, un Dios de amor es incapaz de crear cosas malas; al fin y al cabo, Génesis dice que todo lo que Dios hizo era bueno.

A lo largo de la tradición judeo-cristiana ha cambiado el cómo entendemos a este personaje. En las historias más antiguas del Antiguo Testamento, al diablo se le entiende como una criatura que trabaja para Dios. Satán (en hebreo: el acusador) tiene la misión a través de las tentaciones, de dejar al descubierto las debilidades humanas. Se entendía que Dios amaba grandemente a su pueblo y Satán venía a humillarlo para dejar sus debilidades expuestas, corregir la tendencia de aquellos que quieren ubicarse por encima de Dios y ponerlos en relación correcta con Dios (Job 1:6-12; Zacarías 3:1-2).

En los siguientes escritos Satanás buscando mantener el honor de Dios, se vuelve más hostil y dañino. No sólo revela la debilidad del pueblo ante la grandeza de Dios, sino que a través de las tentaciones y al traer acusaciones a Dios en contra de su pueblo, termina afectando y desbaratando la relación entre Dios y su pueblo.

Lo que es común en todas estas tradiciones, es que a pesar de todo el poder que Dios le permite tener para acusar y tentar, a Satanás se le puede vencer fácilmente porque no tiene ningún poder contra su pueblo. A Satanás se le vence siguiendo la voluntad de Dios; se le vence con el apoyo de aquellos que interceden por nosotros y a través de la intervención directa de Dios.

La cuaresma como ejercicio espiritual, inspirada por el pasaje de Lucas, nos provee la oportunidad de considerar nuestras tentaciones, cómo afectan nuestra relación con Dios y con nuestros semejantes, y qué podemos aprender del ejemplo de Jesús.

La tentación de Jesús

Según San Lucas, inspirado por el Espíritu Santo, Jesús es llevado al desierto para ser tentado por el diablo en un momento de gran vulnerabilidad humana (hambre, soledad, peligro inminente al aceptar ser el Mesías), la cual pone a prueba su fe, sus valores, su conocimiento de Dios y su camino.

Bajo estas circunstancias, Jesus toma la opción de abrigarse, alimentarse y sostenerse en la sabiduría y el poder presente con y en él, por vivir en armonía con su divino Padre y Creador.

Esta victoria la gana Cristo por nosotros, y la hace posible también para nosotros en esta Cuaresma, o cada vez que consideramos nuestro desierto interior, donde la debilidad, la opresión, el hambre, la enfermedad y el miedo nos proponen diversas opciones, pero todas recomendables.

La opción que Dios provee conduce a una vida en armonía con Dios y nuestro prójimo, incluyendo su creación.

¿Cuáles son tus desiertos? ¿Qué temores despierta? ¿Te acercas a confiar en la providencia de Dios o a buscar cualquier salida?

Las crecientes crisis de nuestro tiempo, la pandemia, el cambio climático, las guerras, amenazan con hacernos olvidar el amor de Dios para el mundo. La tierra, sus pueblos y criaturas, todas le pertenecen. Nuestras opciones deben reflejar el amor divino, no solamente para nosotros sino al mundo que pide solidaridad.

El diablo siempre utilizará verdades a medias para desviar nuestra atención al camino de Jesús. Era verdad que Dios no quiere que pasemos hambre, o que Jesús como hijo del Dios Creador podría convertir una piedra en pan. Al final, en otros pasajes leemos que Jesús camina sobre las aguas, convierte el agua en vino o multiplica panes y peces.

El diablo podía darle todos esos reinos a Jesus, si lo seguía. Dios le había dado ese poder sobre el mundo. Era verdad que Dios había ordenado a sus ángeles que lo cuidaran. Pero la verdad de Dios, nos lleva a pensar más allá de nosotros. Nos lleva a alinear nuestra vida con el plan de Dios para su creación.

Los dones y el poder de Jesús no eran para sí mismo, sino para ejercer su ministerio en la tierra y compartir sus dones con los discípulos, con nosotras y nosotros. Cada vez que los utilizaba, eran otras y otros los bendecidos.

La realidad de las tentaciones con sus verdades a medias nos enseña que necesitamos ser astutos en la fe. Aún versículos de la Biblia, fuera de contexto y leídos de manera individualista, pueden desviarnos del camino de Dios, como el diablo intentó hacerlo con Jesús.

El mal, con sus verdades a medias, nos hace ciegos al dolor de los demás; mientras que la verdad de Cristo nos regala una comunidad con quien caminar el camino de la fe, nos fortalece, nos reconcilia, sana la tierra.

El evangelio de Lucas pareciera indicarnos, que para evitar ser tentados necesitamos conocer la Escritura, pero igualmente importante es conocer a Dios, Emmanuel, la Palabra de Dios viva, presente y activa en su creación.

En esta Cuaresma, venzamos las tentaciones poniendo a Dios primero, estudiando la Escritura y solidarizándonos con el prójimo, incluyendo la tierra. Las bendiciones de Dios en Cristo, son para todas y todos. (Marcos 16:15)

“En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes…” (Deuteronomio 30:19) Amén.

Oración:
Dios amoroso, Creador del Cielo y de la Tierra; en este tiempo de Cuaresma, pedimos tu intervención en nuestras vidas y el mundo. Pedimos que la luz de tu Espíritu Santo ilumine nuestros desiertos y santifique nuestras acciones y opciones, para que la buena de Dios en Jesucristo llegue a todos los rincones de la tierra. En Cristo Jesús nuestro Señor te lo pedimos. Amén.


Rvda. Dra. Neddy Astudillo, venezolano-estadounidense, es ecoteólogo, pastor presbiteriano y organizador de GreenFaith en el estado de Florida. Neddy obtuvo su Doctorado en Ministerio en “Ecologización de la Iglesia” de la Universidad de Drew y cofundó, con su esposo, el Angelic Organics Learning Center, una organización agrícola sin fines de lucro en el norte de Illinois, donde las personas se conectan con la comida, la agricultura y el cuidado de los tierra. Neddy ha impartido cursos de ecoteología en seminarios en México, Guatemala, Perú, Bolivia y los EE. UU., se desempeñó como editor del boletín Presbyterians for Earth Care, ha sido publicado en WorkingPreacher.org, Earth and Word: Classic Sermons on Saving the Planet, es coautor de God’s Earth is Sacred: Essays on Eco-Justice. En 2019, Neddy fue publicado en Kairos for Creation, Confessing Hope for the Earth, que recomienda al Consejo Mundial de Iglesias (CMI) declarar una “Década para la Sanación de la Creación”.

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